Enjuga el cristal niña
mientras juegas entre cajas,
no me pierdas ni un sueño
o la llama del desvelo
que habitación arriba se desnuda
obrará la multitud de un beso.
Juega, pues hay que parar
de momento a la muerte
y pedirle un deseo
pón lumbre en tú boca
para saltar después
de tren en tren,
amémonos como gatos abandonados
callejeando sabanas sudadas,
descendamos suerte adentro
perplejos y extasiados,
volvámonos viejos héroes de culto
con la cara limpia, niña,
soldados el uno del otro, sabes,
la procesión irá por dentro.
Alfonso Valverde Diez (2007)
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