Aquel hombre fuma en blanco y negro
mientras las esquinas cubren su espalda,
observa como se pierde su empleo,
sonrie a las niñas muy verde
hoy las susurra de lejos;
bajo del barco por ultima vez
cuando la ultima ola lo desprendio
de su sueño, surcar el velo de un vientre
en alguna danza sin agua,
es demasiado tarde para un marino tan joven
haber perdido su hambre, su soga y su muelle,
ya no le convence el salitre
ya no tiene palabras rudas
tan solo mirada verde del oceano que ayuna,
tan solo palabras verdes de charlatan de proa,
tan solo, que se divierte, fumador de amapolas calientes.
Alfonso Valverde 2009
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