Es azar que subir y bajar
las escaleras del mundo,
sea amar al divagar
con secuencias enfrentadas,
no es errar, esperar
con mis hombros en el mar,
ni es perder no creer
que esta montaña se dirige a mí.
Es azar que escalar
los tejados de estas ruinas
sea matar o envenenar un cielo,
no es de esperar que al arrancar
tan solo un clavo
nos dejemos también caer.
No es azar el perder
la noción del cristal en tu piel,
ni es azar que al apagar
con las manos tus llamas
hayamos perdido miedos.
No es azar, no creer,
que haya sido matar
lo que nos hizo crecer.
Alfonso Valverde (1996-2008)
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